Acompañar procesos terapéuticos con niños y niñas puede despertar muchas dudas:

“¿Y si no juega?”

“¿Y si no avanzo?”

“¿Y si no soy suficiente?”

En esta clase vamos a mirar de frente esos miedos que tantas veces nos visitan al comenzar (y también después de años de experiencia). Vamos a darles nombre, forma… y sentido.

Porque el miedo no se elimina, se transforma.

Y la confianza no es ausencia de duda, sino la decisión de habitar nuestro lugar terapéutico desde la presencia, la intuición y el cuidado interno.

Reflexionaremos sobre:

— El síndrome del impostor y cómo habitar tu voz profesional

— El miedo a no ver avances claros (y qué significa realmente “avanzar” en terapia)

— El trabajo interno: cuidar tu energía, tu centro y tu brújula

Cerramos con un ejercicio creativo para conectar con tu parte que sí sabe, esa que a veces se olvida, pero siempre está.

Este espacio es para ti.

Para respirar, sostenerte… y volver a confiar.

"La confianza del terapeuta no nace de tener todas las respuestas, sino de aprender a quedarse presente incluso en medio de la incertidumbre". Ana Laura Treviño Santos